Los actores

No todas las películas se hacen en el cine ni tienen actores como protagonistas. Las hay que se forman en la naturaleza y que constituyen la estructura social de diferentes microorganismos. Son las biopelículas o películas de la vida.

Sí, las bacterias y otros microorganismos viven en sociedad. Se asocian entre ellas y con otras especies formando biopelículas en cualquier superficie viva o inerte.  Se trata de estructuras complejas resistentes a las hostilidades externas y con mayor capacidad de supervivencia. Y formando estas estructuras persisten y constituyen una vía de contaminación activa desde la superficie en la que se encuentren. 

 

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Fotos de microscopía de biopelículas formadas por la asociación de Listeria monocytogenes (bacteria patógena) con diferentes especies de Pseudomonas (bacteria)

El control de la formación de estas estructuras por bacterias patógenas causantes de enfermedades y el diseño de estrategias para su eliminación constituye uno de los mayores retos de la microbiología actual.

El guión

En las películas de la vida tampoco se necesita guionista. Y al igual que en el caso de los actores, el guión lo escribe la naturaleza.

Como si de una obra de teatro se tratase, las películas de las asociaciones entre microorganismos se dividen en tres actos principales: adhesión de los microorganismos (los actores) a las superficies; crecimiento y maduración y, por último, desprendimiento.

Cada acto es variable en tiempo y manera dependiendo sobre todo de las especies implicadas y de las condiciones ambientales, pero siempre es el mismo guión. Por una razón muy sencilla, porque las células desprendidas vuelven a adherirse y el proceso se convierte en cíclico. Y los ciclos son la llave de la biología, porque en la naturaleza todo lo que termina y puede volver a empezar se perpetúa.