El huevo es un alimento que gusta a la mayoría de la gente y que es muy nutritivo. Está compuesto de proteínas, vitaminas, lípidos, minerales y agua. Al igual que contiene todo lo necesario para que se llegue a formar un pollito, también tiene todos los nutrientes que necesita una bacteria para crecer. Es por esto que una mala manipulación de los huevos o unas malas prácticas en platos que contienen huevos como ingrediente, puede tener consecuencias desagradables por el desarrollo bacteriano.
Salmonella, que es una bacteria patógena, es uno de los principales agentes responsables de enfermedades de transmisión alimentaria en Europa. Entre los alimentos por los cuales se produce la salmonelosis, que es así como se llama la enfermedad que produce la infección por Salmonella sp, se encuentran en primer lugar los huevos.
Todas las personas enfermas de salmonelosis y las gallinas, en cuyo intestino vive de manera natural Salmonella, contienen en sus heces esta bacteria, por lo que las medidas de higiene son vitales para evitar la contaminación humana.
Para poder seguir disfrutando de la infinidad de platos que se pueden preparar con huevo, de una manera segura, podéis seguir una serie de pautas o recomendaciones que recopilamos a continuación:
– Lavarse las manos cada vez que se manipulen huevos.
– Cuando los compramos, debemos transportarlos a casa con cuidado para no romperlos. Esto nos ayudará a que sean más seguros, puesto que por las grietas, pueden penetrar las bacterias patógenas presentes en la cáscara. Por tanto, todo aquel huevo roto o con fisuras, debe desecharse.
– Una vez en casa, debemos refrigerar los huevos, mejor en su propia huevera para evitar la contaminación de otros alimentos por contacto dentro de la nevera.
– No es necesario lavarlos, ya que destruiremos la cutícula protectora que presentan por fuera de la cáscara, pero si decidimos hacerlo porque alguno presenta suciedad, debe ser justo en el momento en el que vamos a utilizarlos. En este caso, extremar las medidas de higiene en el fregadero, bayetas, manos y todos aquellos lugares o utensilios de la cocina que entren en contacto con esos huevos sucios.
– Cuando vayamos a cocinar, sólo debemos sacar aquellos que sean necesarios, ya que los cambios bruscos de temperatura harán que se condense agua en la cáscara del huevo que facilitará la entrada de microorganismos en ellos.
– No casques los huevos en el mismo recipiente que vas a batirlos, ya que contaminarás el contenido del huevo con las bacterias de la cáscara.
– Por el mismo motivo, no utilices las cáscaras para separar yemas de claras; existen en el mercado separadores de yemas que nos aportan más seguridad.
– Asegúrate que los alimentos alcanzan temperaturas superiores a 70 ºC al menos un minuto para garantizar la eliminación de Salmonella sp. Las tortillas bien cuajadas son más seguras que las poco hechas.
– Refrigera inmediatamente todos los platos que lleven huevo (mayonesas, cremas, flanes…).