Tipo raro con galleta

Los alimentos pueden estar contaminados con bacterias, las toxinas que ellas producen, virus, biotoxinas marinas, contaminantes químicos, parásitos…Cuando comes un alimento con alguno de estos agentes, te puedes poner enfermo. A esto es a lo que se le llama enfermedad de transmisión alimentaria. Puedes ver algunos ejemplos a continuación:

 

Agente que causa la enfermedad

Enfermedad

Salmonella sp

Salmonelosis

Campylobacter sp

Campilobacteriosis

Listeria monocytogenes

Listeriosis

Clostridium botulinum

Botulismo

Enterotoxina de Staphylococcus aureus

Gastroenteritis

Escherichia coli

Gastroenteritis

Histamina

Intoxicación histamínica

Virus entérico

Gastroenteritis

Toxina diarreica (DSP)

Diarrea

 

Para ver un listado más exhaustivo de las enfermedades de transmisión alimentaria, ordenadas de la A a la Z, puedes consultar en CDC.

Como dato interesante, durante el año 2014 en la Unión Europea, Campylobacter ha sido la bacteria responsable del mayor número de casos de gastroenteritis en humanos, según datos de la Autoridad Europea de Seguriad Alimentaria (EFSA). Para saber más sobre esta bacteria patógena, puedes consultar en “Principales patógenos en alimentos”.

Cuando se habla de enfermedades de transmisión alimentaria, se debe tener en cuenta que existen determinadas personas que pertenecen a lo que se llaman grupos de riesgo, que son más vulnerables a estas enfermedades. Las embarazadas, los niños, los ancianos y las personas inmunodeprimidas (debido a enfermedades crónicas o terapias oncológicas), deben extremar las precauciones en su alimentación, ya que su sistema inmune está más debilitado y una enfermedad de transmisión alimentaria en ellos sería más grave que en otras personas.

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Recomendaciones para los grupos de riesgo

Si perteneces a un grupo de riesgo debes evitar consumir los siguientes alimentos:

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  • Carnes, pescados o mariscos crudos o poco cocinados.
  • Leche cruda o productos lácteos hechos a partir de leche cruda (debe estar indicado en la etiqueta).
  • Huevos crudos o poco hechos (tortilla poco cuajada, mayonesa casera…).
  • Frutas y verduras sin lavar y desinfectar.
  • Patés.
  • Pescado ahumado.